¿Alguna vez te detuviste a observar o a reflexionar sobre cómo buscamos afuera las miradas a las que estamos acostumbrad@s?
¿Cómo te han mirado de niñ@? ¿Fue con la mirada del aplauso y del reconocimiento, o la mirada del rechazo?
Algunas personas ni siquiera sintieron la mirada externa. Esas personas, generalmente, viven buscando ser vistas.
Hay ojos que están entrenados para ver optimismo, pero hay otros que sólo pueden ver carencia y tristeza.
Ya de grandes y adult@s, es nuestra responsabilidad identificar cómo buscamos afuera, de quién sea, esas miradas a las que estamos acostumbrad@s.
El foco debe apuntar dentro: voltear el ojo que mira afuera para mirar adentro.
Y registrar…
¿Qué uso le doy al estar pendiente de la mirada de otr@s?
Mientras miro afuera, no me miro a mi. Mientras estoy pendiente de la mirada externa, no me conozco a mi.
Como dice Carl Jung, “quien mira hacia afuera, sueña; quien mira hacia adentro, despierta”.
Con el paso de esta Luna Llena en Virgo (representado por el Ermitaño del Tarot) mirar adentro es inminente e inevitable.
Además, la luna que rige las emociones, en su calidad de llena, significa cierres y finales.
Por lo tanto, estos son tiempos de responder al llamado a bucear en el paisaje interno para darle fin a ciclos de repeticiones aprendidas y aprehendidas.
Desde la Biodecodificación, se considera que, de los 0 a los 7 años vivimos, y de los 7 en adelante, repetimos.
¿Qué miradas repetimos en loop? ¿Qué buscamos en el afuera?